No se de fútbol y menos de sus celebraciones, pero según leí el equipo Santa
Fe de Bogotá celebró en enero pasado una victoria, ¿obtuvo una copa quizá? La fiesta oficial fue en un hotel del norte
de la ciudad y a ella fue invitada una mujer que trabaja como prostituta, bajo
una modalidad que en Colombia se conoce como prepago. Nombre que engloba servicios que son también
de compañía. Se trata de mujeres de buen
cuerpo y presencia, que no desentonan en ocasiones como esta, una fiesta de celebración.
El periódico El Espectador, que destapó el escándalo, que ya era comidilla
en los medios deportivos, da cuenta de la versión de la víctima: fue contratada para tener sexo con un
jugador, prestó sus servicios, cobró y bajó al salón para continuar en la
fiesta. Pero allí tuvo una nueva oferta
y subió otra vez a una habitación donde se encontraba con quien la contrató
cuando se abrió la puerta y entraron seis hombres más, a los que el contratante
invitó: “Háganle, aprovechen”, y aunque ella, que estaba desnuda, se negó, fue
abusada por los seis.
Desconozco la manera hilada en la que se dieron los hechos, pero lo cierto
es que además de violada, a la mujer le hicieron conejo: el jugador que la contrató y que invitó a sus
colegas a disfrutar de su “adquisición” no le pagó. Lo cierto es que la mujer puso una denuncia y
en ella narró que los abusadores le hicieron daño. No por puta una violación no duele.
Leo en otro periódico una entrevista a una mujer de una asociación de
prostitutas. No sabe si su colega continuará con la demanda o no. Deja entrever que quizás si pagan los
servicios, ésta podría ser retirada.
Están tan confundidas ellas y, sobre todo, ella, la víctima, como deben
estarlo muchos de los que han leído la noticia.
¿Si es prostituta no hay violación? No,
porque es su trabajo, deben estar diciendo muchos. Y ella misma parece está cayendo en la trampa. Es decir, además de vejada, confundida. Y hasta asustada, porque dicen que salió del
país y se encuentra en España.
Pero no, no es así: una violación se presenta cada vez que una persona es
sometida a un acto sexual sin su consentimiento, aunque su trabajo sea el de
puta. Y esto es lo que pasó aquí. La
mujer hizo un contrato verbal de trabajo para atender a un cliente, no a seis,
y se negó a tener relación con la media docena que abusó de ella. Luego, fue
violada. No hay discusión al respecto.
No hay lugar a confusión. No admite excusas.
Y los violadores deben ser castigados y no ovacionados. La violación
cometida por estos seis jugadores es un delito y un delito mayor, que debe ser
juzgado y castigado; no hay lugar ni al silencio ni a la impunidad porque estos
hombres salen a las canchas a disputar partidos y se convierten en referentes.
En estilos de vida que otros, los que integran las masas que los siguen,
quieren imitar. ¿Hay algo más peligroso?
…
Sí. Que no haya justicia. Que la mujer se quede con las secuelas de la
violación masiva y los seis violadores sigan siendo aplaudidos en los
estadios. Tan peligroso como la
permisividad con aquellos a quienes consideran “astros”, así no den más que
asco, es la falta de justicia, y el silencio.
*Mi hermana me dice que no use la palabra puta, pero la
dejo porque creo que retrata exactamente lo que una sociedad hipócrita piensa
sobre el trabajo que ejercen estas mujeres sin preguntarse si eligieron este ejercicio
con libertad, si es la miseria o el abandono lo que las empuja a ello o si,
peor aún, son meras víctimas, prisioneras de los carteles de trata de blancas.
De acuerdo. El juicio aquí es para los violadores. No se trata de juzgar el oficio de la víctima o su vida. Muy bien visibilizar estos casos.
ResponderEliminarIncreíble! Que historia! Por supuesto que deben ser condenados. Es violación desde todo punto de vista y eso debe ser castigable sea quien sea. Además se supone que son figuras públicas y no se puede dejar pasar un evento como este sin que haya un castigo, de lo contrario sus seguidores asumirán que el ser famosos y con dinero, les da derecho a todo.
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